LA IRRITABILIDAD EN LAS PERSONAS MAYORES Y ALGUNOS CONSEJOS PARA SU MANEJO.
Por Marta Luz Mora.
La irritabilidad es el termino que se emplea para describir un estado emocional en el cual una persona demuestra que tiene un temperamento explosivo y se molesta, enoja o impacienta muy fácilmente. Cuando la irritabilidad es muy persistente y afecta la vida diaria puede indicar un problema de salud mental como la ansiedad, depresión o trastorno bipolar o bien, puede tener su origen en una condición física como dolores muy fuertes, infecciones diabetes y otros.
A medida que envejecemos vamos perdiendo en mayor o menor porcentaje las capacidades físicas e intelectuales, originando dependencia y cuidado de terceros y esa pérdida de autonomía que a las personas nos cuesta mucho trabajo asimilar, conduce a un comportamiento irascible, agresivo y a veces violento. Surgen sentimientos de tristeza, y frustración cuando comprobamos las limitaciones con el paso del tiempo y a pesar de la lucha por hacer frente a esos síntomas que nos señalan el declive, es casi inevitable en la mayoría de las personas mayores, la sensación de inutilidad y de ser una carga para la familia.
Factores de irritabilidad.
La irritabilidad en los adultos mayores puede ser causada por tres principales factores y en cualquiera de los casos es indicado buscar ayuda profesional para aliviar la situación, tanto para el adulto mayor como para la familia y las personas que lo rodean. Conocer y sobre todo comprender cuáles son esos factores que los llevan a expresar esas situaciones de furia, descontrol y agresividad, brinda a los cuidadores las herramientas y la seguridad para ofrecer una mejor calidad de vida y cuidado.
Factores físicos: Debilitamiento de los huesos: Es normal el debilitamiento de los huesos causando dolores físicos en huesos y articulaciones, y fracturas severas por golpes o caídas. Según diversos estudios realizados, los dolores más comunes en la vejez son los de columna, cadera y rodilla.
- Espasmos musculares: se presentan espasmos o dolores musculares repentinos y pueden darse en cualquier musculo del cuerpo, producidos por deshidratación o estrés.
- Dolores en la piel: (ulcera cutáneas).
- Infecciones: Urinarias, de oído, sinositis, neumonía, conjuntivitis. Las infecciones pueden ser muy peligrosas y causar mucho malestar y daños a órganos.
- Problemas dentales. Dolores de muelas o encías pueden llegar a ser desesperantes causando mucha irritabilidad y desespero.
- Hipotiroidismo. Genera cansancio, estreñimiento, somnolencia, intolerancia al frio entre otros.
Factores emocionales: Los cambios en el estado de ánimo son frecuentes en el adulto mayor y suelen presentar reacciones hostiles ante situaciones normales.
- Aislamiento: La dificultad para desplazarse por sus propios medios bien sea conduciendo o en transporte público a visitar amigos o familia o tener que acostumbrase a acudir a ayudas tecnológicas para tener contacto, es percibida como un distanciamiento de las personas de sus afectos. La pérdida de audición y de visión son muy comunes en el adulto mayor y causa aislamiento social al no poder participar plenamente en conversaciones o disfrutar de un paseo, una película o un libro.
- Olvido: El no recordar nombres de personas, fechas, situaciones, procesos entre otros, puede generar angustia, estrés e ira. Los despistes pueden ser naturales, pero cuando son frecuentes los olvidos, pueden estar iniciándose un proceso de demencia y es importante consultar a un neurólogo.
- Depresión: El desinterés, apatía, melancolía y tristeza pueden ser síntomas de depresión y generan mal genio y actitudes descorteses. Es recomendable hablar para que la persona exprese sus sentimientos y las razones de su comportamiento
- Pérdida o disminución de capacidades: no poder realizar tareas por si solo como bañarse, alimentarse, realizar pagos etc. lentitud de pensamientos, olvidar citas o actividades importantes son factores que afectan la relación con el ambiente en que nos desenvolvemos
- Perdidas de seres querido: El fallecimiento de familiares y amigos empieza a presentarse con más frecuencia en personas mayores de 70 años. La ausencia de los personas que ya partieron, produce tristeza, depresión, aislamiento además de incrementan la percepción del envejecimiento y la cercanía de la propia muerte.
- Situación Financiera: La falta o disminución de ingresos a medida que envejecemos, la ausencia de una pensión o la insuficiencia de la misma, las preocupaciones financieras ante el futuro, generan temor al no poder cubrir los gastos médicos y del hogar.
Factores de envejecimiento: Pueden ser sociales, biológicos, ambientales y hábitos de vida.
- Sociales: Antecedentes laborales, situación marital, estado físico de la vivienda.
- Biológicos: Disminución de niveles de hormonas, envejecimiento celular, deterioro de la función mitocondrial.
- Ambientales: Exposición a luz solar, a químicos industriales, luz de computadores, tabletas y celulares.
- Hábitos de vida: Los hábitos de vida son críticos y determinantes en el proceso de envejecimiento. Cigarrillo, consumo de alcohol alto y sustancias como opioides, mala alimentación y falta de ejercicio agrava este proceso.
Como tratar la irritabilidad del adulto mayor.
Es fundamental desarrollar empatía y comprensión para entender las situaciones. El apoyo que podamos brindar cobra mucha importancia ya que influye directamente en la calidad de vida de nuestro ser querido. A menudo, la irritabilidad puede estar relacionada con la sensación de no ser escuchado o comprendido, por eso hay que propiciar ambientes para entablar diálogos francos, mirándolo directamente a los ojos, escucharlo con respeto, atención y sin juzgar, y hacerle sentir lo valioso que es su vida, resaltando su lugar en la familia.
Cuando demostramos afecto y entregamos amor y cariño, estamos generando confianza y seguridad a nuestros adultos mayores, los hacemos sentir queridos y necesarios en nuestras vidas. Pasar tiempo de calidad con ellos compartiendo una buena película, un juego, un paseo, realizar actividades que involucren su atención los mantiene ocupados y activos y son estrategias muy recomendadas para evitar periodos de depresión angustia e irritabilidad. Facilitarles también espacios con personas de su misma edad y con las mismas necesidades, mejoran el bienestar.
Los cuidadores deben estar preparados cuando se presentan los comportamientos agresivos y los enfados, adaptarse a los cambios y nunca cuestionarlos, y hacerle ver a la persona a cargo, que son cambios que se van presentando en la nueva etapa de vida y así evitar que se sientan mal. Las técnicas de relajación como la meditación y la musicoterapia son recomendables y sirven como tranquilizantes para ancianos agresivos.
Cuando el adulto mayor es autónomo en muchas de sus funciones, se debe animarles para que continúen realizándolas.
Cuando el comportamiento se torna muy agresivo, recurrente y difícil de atender, más que un cambio de comportamiento puede ser como ya lo dijimos, una condición subyacente como una demencia o Alzheimer, por lo tanto, es imperativo acudir a un médico o un psicólogo que inicie un tratamiento farmacológico Nuevamente comprender cómo se comporta una persona con demencia senil es fundamental para manejar estas situaciones de forma efectiva.
El envejecimiento afecta por lo tanto cuerpo y mente: la actitud frente a la vejez influye en la calidad de vida de la vejez. Las personas con actitud positiva enfrentan mejor los desafíos relacionados con la edad. Si bien no podemos detener el reloj biológico, podemos tomar medidas para envejecer de manera saludable.
Bibliografía:
- Fagor Health care.
- Cuidum.
- Tena
- 10/04/2025