EL CUIDADO DE LA PIEL EN EL ADULTO MAYOR
La piel es un órgano que reviste la totalidad de nuestro cuerpo, es el órgano más extenso del cuerpo humano ocupando una superficie aproximada entre 1,20 y 2 metros y un peso de 4 a 5 kilogramos y junto con sus derivados (cabello, uñas y glándulas sebáceas y sudoríparas), conforma el sistema tegumentario.
Tiene como función principal proteger el organismo de bacterias, regular la temperatura, mantener el equilibrio hidroelectrolicto es decir conservar las sustancias químicas y nutriente del cuerpo y evitar la penetración de sustancias peligrosas en el organismo.
El color de la piel y la textura nos ayudan a diferenciar a las personas como individuos además de indicarnos el estado vital de nuestra salud en general. Cuando se presentan cambios en la textura y el color pueden ser síntomas de enfermedades subyacentes, razón por la cual debemos preocuparnos no solo por mantener un cuidado estético, sino vigilar que se mantenga sana para evitar consecuencias importantes para la salud física y mental.
La piel está compuesta de tres capas principales:
. Epidermis. Es la más externa y es relativamente impermeable Está formada por unas células llamadas queratinocitos que se renuevan constantemente y melanocitos que son los que producen la melanina cuya función principal es la de filtrar la radiación ultravioleta del sol. Esta capa también tiene como función evitar que las bacterias, los virus y otras sustancias extrañas penetren en el organismo.
La epidermis (junto con otras capas de la piel) también protege los órganos internos, los músculos, los nervios y los vasos sanguíneos ante cualquier posible traumatismo.
. Dermis: Es la capa intermedia y de soporte. Es delgada y de un tejido fibroso y elástico compuesto en su mayor parte por colágeno, y un componente muy pequeño pero muy importante de elastina que da a la piel su flexibilidad y consistencia. Su función es aportar resistencia y elasticidad. La dermis contiene terminaciones nerviosas, glándulas sudoríparas y glándulas sebáceas, folículos pilosos y vasos sanguíneos.
. Hipodermis: Es la más profunda de todas. Su tejido es adiposo, actúa como aislante térmico, es un protector mecánico y una reserva enérgica del organismo.
Aparte de estas tres capas, las uñas y la piel tienen: funciones específicas que contribuyen a la salud y protección de nuestro organismo. Los pelos, por ejemplo, ayudan a regular la temperatura corporal y actúan como una barrera sensorial, mientras que las uñas protegen las extremidades y mejoran la precisión de los movimientos finos.
¿Cómo cuidar la piel?
Cuidar la piel es un hábito que debe ser inculcado desde la niñez para evitar complicaciones principalmente en la vejez. Tener una piel sana, significa tener una piel hidratadas, con un tono uniforme, suave a al tacto y que no presente irritaciones y sensibilidad.
Algunos cuidados son:
. Protegernos del sol: Usando cremas de protección solar (FPS) que sea adecuada para nuestro tipo de piel y no exponernos al sol en las horas más calurosas del día.
. Hidratarnos: La recomendación es tomar 8 vasos de agua al día, pues esta ayuda a eliminar toxinas y contiene nutrientes que benefician la piel.
. Tratar la piel con suavidad: Evitar baños o duchas prolongadas con agua caliente, ya que pueden eliminar los aceites naturales de la piel. Usar productos suaves y sin jabón, y secarse la piel con golpecitos.
. Afeitarse son cuidado: Usar cremas o gel de afeitar, y afeitarse en la dirección en que crece el pelo.
.Controlar el estrés y la ansiedad: El estrés aumenta la producción de aceite de la piel (sebo), obstruyendo los poros y generando brotes de espinillas y puntos negros. También puede causar picazón en la piel, ya sea generalizada o localizada.
. Alimentación saludable: Incluir frutas, verduras, pescado, nueces y semillas en la dieta.
. Evitar fumar: Fumar reduce el flujo sanguíneo en la piel, lo que favorece la aparición de arrugas.
¿Qué cambios se producen en la piel de los adultos mayores?
A medida que vamos envejeciendo la estructura de la piel también va cambiando; se vuelve más delgada, delicada, pierde elasticidad (resequedad) aparecen manchas, arrugas, siendo estos últimos los signos más visibles y también se presenta una mayor sensibilidad a las agresiones externas debido a la disminución de las funciones. Por esta razón intensificar los anteriores cuidados son de especial importancia para mantener la piel en buenas condiciones.
Algunas recomendaciones para el cuidado de la piel después de los 60 años son:
. Baño: Usar jabones emolientes o de glicerina. No usar jabones perfumados, ni que no sean adecuados para la zona genital de las mujeres por que disminuyen el pH de la zona. La limpieza debe hacerse abriendo los labios mayores y menores, y retirar todas las secreciones que se encuentren allí, y siempre de la zona genital, pasando por el perineo hasta llegar al ano; nunca debe hacerse de forma inversa por que se arrastran los microrganismos a la zona vaginal los cuales son causante de infecciones.
En los hombres la limpieza debe hacerse bajando el prepucio y limpiar las secreciones que se encuentran debajo del glande.
No usar estropajos ni cepillos de cerdas duras que maltraten la piel.
Secar muy bien con golpecitos muy suaves todas las zonas del cuerpo, particularmente aquellas donde se forman pliegues donde pueden quedar residuos de agua, estos cuidados son muy importantes en personas con restricción de movimientos y en diabéticos ya que la acumulación de agua puede derivar en infecciones.
. Uso de pañal: Es muy importante elegir la talla de acuerdo a la contextura de la persona que requiere el pañal, así como verificar que sea cómodo y tengan una muy buena absorción. Evaluar el nivel de incontinencia de la persona mayor es el primer paso en la elección del pañal adecuado.
El pañal debe quedar ajustado, pero no apretado, y el ajuste alrededor de las piernas es más importante que el de la cintura. Si la cintura se afloja o se abre, o si hay fugas alrededor de las piernas, es probable que se necesite una talla más pequeña.
Los materiales utilizados en la fabricación del pañal afectan la comodidad y la salud de la piel.
Para evitar la irritación de la piel, se recomienda inspección visual constante, cambiar los pañales con frecuencia y mantener la piel siempre limpia e hidratada.
La limpieza debe hacerse con toallas húmedas desechables y sin alcohol, o gasas empapadas en agua y limpiar y secar muy bien el área perineal y región glútea y revisar que no quede ningún residuo y una vez seca la zona, aplicar una crema con óxido de zinc.
. Cuidado de los pies: Con frecuencia las personas mayores no suelen poner la atención que se merece la piel de los pies. Pueden presentarse uñas encarnadas, callos, juanetes o infecciones, siendo estas últimas muy complicadas en pacientes diabéticos. Los calcetines o medias deben cambiarse diariamente. Los zapatos deben ser cómodos, con hormas más anchas, transpirables y flexibles. Es normal con la edad perder grasa de la piel de los pies lo que genera una mayor sensibilidad, por lo cual se recomienda usar zapatos de goma o plantillas de gel,
. Alimentación saludable: Debe ser rica en antioxidantes como la vitamina C, ácidos grasos omega -3 y vitaminas. Incluir alimentos tales como nueces, semillas de chía, frutas y verduras de colores vivos como el tomate y las espinacas, pimentones.
. Beber agua es esencial; En todas las edades debemos mantenernos hidratados, pero en el caso de las personas mayores hay mayor sequedad, el cuerpo pierde la capacidad de detectar la sed y las reservas de líquido se reducen. Por eso, es importante que las personas mayores se mantengan hidratadas, especialmente en los meses de verano, y en las zonas muy calientes y consumir entre 2.5 y 2.75 litros diarios que equivalen a 8 o 10 vasos de agua, los cual se puede realizar de forma gradual a lo largo del día. Además de agua se pueden consumir jugos naturales, caldos, infusiones y zumos de frutas y vegetales. Se aconseja siempre salir con una botella de agua recargable y mantener un registro de la cantidad de líquidos que se ingieren.
. Protección solar:
Para proteger la piel de los adultos mayores del sol, se recomienda elegir un protector solar adecuado con un factor de protección solar (FPS) de al menos 30, o más si la piel es clara o sensible. El protector solar debe ser de amplio espectro y bloquear los rayos UVA y UVB. Aplicar el protector solar 20 minutos antes de salir al sol y volver a aplicarlo cada dos horas. También se debe volver a aplicar después de nadar o sudar mucho. Evitar las horas de mayor radiación solar y por último usar ropa protectora, sombreros de ala ancha, camisas de manga larga y pantalones largos.
- 13/12/2024