Comunicación para Cuidadores

Utilizamos la comunicación para todas nuestras actividades diarias de la vida; para comunicarnos con nuestras familias, con los amigos, con nuestros compañeros de trabajo y en el caso específico de este artículo, con las personas que se encuentran a nuestro cuidado.

Para generar una buena comunicación y entregar los mensajes que queremos enviar de manera efectiva, bien sea a través de la comunicación escrita, verbal o no verbal, nos valemos de símbolos, expresiones, y del lenguaje corporal; esto es lo que llamamos el código dentro del proceso comunicativo. Tanto el emisor como el receptor deben compartir el mismo código para que la comunicación sea efectiva, que haya una receptividad en el mensaje, que se entienda y que impacte.  El mensaje es el resultado del proceso de codificación, y dentro de ese proceso está el componente psicológico y dependiendo de ese estado, podemos lograr o no un resultado positivo o negativo

Por esta razón ese componente psicológico se refiere a que en todo proceso de comunicación y particularmente en el proceso cuidador-paciente, el bienestar físico y emocional de la persona responsable del cuidado, puede influir directamente en la persona a cargo, así como en la calidad del cuidado proporcionado.

¿Cómo afectan las emociones mi comunicación con la persona a cargo?

 Las emociones afectan la forma en que expresamos nuestro mensaje, así como también la forma en que pueden ser interpretadas por los demás.

Las emociones negativas como la ira, el enojo o la tristeza pueden distorsionar el mensaje que yo como cuidador trato de enviar a mi paciente. Si estoy estresado o frustrado, los mensajes que envío están impregnados de una alta carga de ansiedad, agresividad y / o brusquedad. Si manejo expresiones tensas, acompañado de un tono de voz distante y cortante, y evito el contacto visual, genero una respuesta negativa en mi interlocutor pues este se siente subvalorado e ignorado produciéndose una brecha emocional cuidador/paciente.

Las emociones positivas como la empatía, la compasión y la calma favorecen una comunicación más cercana y efectiva. El cuidador que experimenta estas emociones es más propenso a escuchar activamente y responder de manera comprensiva, lo que fortalece la relación con la persona cuidada. Cuando me siento tranquilo, feliz, positivo, mi mensaje es trasmitido de forma más acertada y así mismo es recibido, interpretado y comprendido más fácilmente por las personas; es decir hay una mejor conexión transmisor-receptor condición fundamental para una buena comunicación. Por esto debemos poner especial énfasis en analizar cuál es mi situación emocional, mis sentimientos y pensamientos cuando voy a tomar la decisión de cuidar a una persona, con que actitud voy a abordar mi comunicación con ella, y buscar herramientas para controlar y mejorar mi relación para beneficio propio y de la persona a mi cuidado. Toda comunicación va acompañada de una expresión corporal: los gestos, la expresión facial, el movimiento de las manos entre otros.  Puedo expresar con mi cuerpo en qué estado de ánimo me comunico y por lo tanto mi discurso puede ser recibido positiva o negativamente.

Tipos de comunicaciones

La comunicación cuidador-paciente debe ser clara, respetuosa, y adaptada a las necesidades y capacidades del paciente, ya sea una persona mayor, un enfermo terminal, una persona con discapacidad o un niño. A continuación, se detallan las formas principales en las que un cuidador se comunica con su paciente:

1. Comunicación Verbal

La comunicación verbal es una de las formas más directas y comunes de interacción entre el cuidador y el paciente. Esto incluye el uso de palabras para transmitir instrucciones, ofrecer apoyo emocional o proporcionar información sobre cuidados.

  • Uso de un lenguaje claro y sencillo: Hay que utilizar un lenguaje que el paciente pueda comprender y evitar términos técnicos o complicados para no confundir.

  • Tono de voz calmado y positivo: El tono de voz transmite emociones. Un tono cálido y tranquilo puede hacer que el paciente se sienta más seguro y relajado.

  • Adaptación al nivel cognitivo: En el caso de pacientes con dificultades cognitivas o niños, el cuidador debe ajustar su lenguaje y forma de expresión para que el paciente pueda entender el mensaje. Si se trata de una persona mayor con demencia, lo ideal es usar frases cortas y simples, hablando con calma y asegurándose de que el paciente entienda cada instrucción.

2. Comunicación No Verbal

La comunicación no verbal es igual de importante que la verbal, ya que transmite mensajes a través de gestos, expresiones faciales y lenguaje corporal.

  • Contacto visual: Mantener el contacto visual es una forma de mostrar al paciente que se le está prestando atención y que su opinión o estado emocional importa.

  • Lenguaje corporal: Un lenguaje corporal relajado y abierto (como sonreír, inclinarse hacia el paciente) puede transmitir empatía y cercanía.

  • Gestos y expresiones: Utilizar gestos suaves y expresiones faciales que reflejen comprensión puede ayudar a calmar al paciente o reforzar un mensaje verbal.

Si el paciente está ansioso, una sonrisa, o tocar su mano para brindar consuelo puede ayudar a calmar y relajar y generar confianza para que el paciente comunique lo que está sintiendo.

3. Comunicación Asertiva

La comunicación asertiva es esencial para que el cuidador pueda expresar sus propios pensamientos, sentimientos y necesidades de manera clara, respetuosa y sin agresividad. Ser firme, pero empático, al comunicarse con el paciente.

  • Uso del "yo": Expresar sentimientos y preocupaciones de manera directa, por ejemplo: "Yo necesito que me avises si te sientes incómodo" en lugar de "Siempre estás incómodo, ¿por qué no me avisas?".

  • Ofrecimiento de opciones: Si es posible, permitirle a nuestro paciente que tenga un grado de control sobre las decisiones de su propio cuidado, ofreciendo opciones claras. Esto ayuda a que el paciente se sienta más involucrado.

Podemos proponer a nuestro paciente si se siente cansado, que debemos moverlo para que el cambio de posición lo haga sentir mejor o si prefiere, hacer una pequeña caminada ahora o esperar un tiempo corto para movernos.

4. Escucha Activa

Prestar atención plena a nuestro paciente es tan importante como hablar. No sólo lo que pueda decir con palabras, sino observar el tono, sus expresiones faciales y su lenguaje corporal.

  • Mostrar interés genuino: Hacer preguntas, asentir con la cabeza y parafrasear lo que el paciente ha dicho son formas de demostrar que se está escuchando.

  • No interrumpir: Dejar que el paciente termine de hablar antes de responder permite que exprese completamente sus pensamientos o sentimientos.

  • Validación emocional: Reconocer y validar las emociones del paciente, por ejemplo, diciendo "Entiendo que te sientas frustrado, es normal en esta situación".

Si el paciente expresa dolor o incomodidad, el cuidador debe responder con empatía y sin apresurarse a juzgar o solucionar el problema sin antes entender completamente la situación.

5. Comunicación Adaptada a las Capacidades del Paciente

Todos los pacientes tienen diferentes capacidades para comunicarse, ya sea por razones físicas, cognitivas o emocionales. El cuidador debe adaptar su forma de comunicación para asegurarse de que sea accesible para el paciente.

  • Uso de ayudas visuales o auditivas: Si el paciente tiene problemas para escuchar o entender, se pueden utilizar recursos visuales (imágenes, tarjetas) o ayudas auditivas (hablar más despacio, usar audífonos).

  • Lenguaje corporal en personas no verbales: En el caso de pacientes que no pueden comunicarse verbalmente, como algunos pacientes con discapacidades severas, el cuidador debe observar cuidadosamente su lenguaje corporal, expresiones faciales y otros signos no verbales para interpretar sus necesidades.

  • Evitar apresurar al paciente: Si el paciente necesita tiempo para expresarse, el cuidador debe permitirlo sin interrumpir o mostrar impaciencia.

Ejemplo: Si el paciente tiene dificultades para hablar, el cuidador puede ofrecerle un tablero de comunicación con imágenes o palabras para que pueda señalar lo que necesita.

Estrategias para Manejar las Emociones en la Comunicación de Cuidado

Para minimizar los efectos negativos de las emociones en la comunicación, es importante que los cuidadores desarrollen estrategias para gestionar su propio estado emocional:

  • Autocuidado: Tomarse tiempo para descansar y recargar energías emocionalmente.

  • Técnicas de manejo del estrés: Practicar técnicas como la respiración profunda, la meditación o el mindfulness para mantener la calma en momentos de tensión.

  • Establecimiento de límites: Saber cuándo pedir ayuda o delegar responsabilidades para evitar el agotamiento emocional.

  • Comunicación asertiva: Expresar las propias emociones de manera clara y respetuosa, sin permitir que estas dominen la interacción.

  • Apoyo emocional: Buscar redes de apoyo, ya sean familiares, amigos o grupos de cuidadores, donde poder compartir las emociones y recibir apoyo.

Conclusión

Las emociones influyen profundamente en la comunicación en la tarea de cuidado. Mientras que las emociones positivas como la calma y la empatía facilitan una comunicación efectiva y cercana, las emociones negativas como el estrés, la ansiedad o la frustración pueden generar malentendidos, conflictos y afectar la calidad del cuidado. Es esencial que los cuidadores sean conscientes de su estado emocional y utilicen estrategias para regular sus emociones, lo que resultará en una mejor comunicación y una relación de cuidado más sana y efectiva.

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