Las creencias controlan nuestras vidas sin que nos percatemos de ello, y no somos conscientes de hasta qué punto pueden afectar e influenciar nuestra salud y bienestar y condicionar la forma como vemos el mundo y como nos vemos a nosotros mismos. Por esta razón se hace necesario ser conscientes sobre el significado de las creencias, cómo funcionan, como se instalan en nuestra mente, como determinan nuestra relación con el entorno, y como ellas van construyendo nuestra estructura.
Como seres humanos hemos crecido con problemas y heridas que debemos sanar. Algunos con muchas y complejas heridas y otros con algunas cuantas, pero todos sin excepción las tenemos, las sufrimos, están ahí y solo de nosotros depende que las enfrentemos y curemos, haciendo un trabajo de reflexión y análisis que exige grandes dosis de atención y sobre todo de conciencia.
Para introducirnos en este tema hay que tener claro dos conceptos: Consciencia y Creencia.
Consciencia con S:
La consciencia es la capacidad del ser humano para percibir la realidad y reconocerse en ella. Una consciencia elevada nos permite reconocer las cosas que nos generan angustia, temor, miedo y también las que nos producen felicidad
Conciencia con C es el conocimiento moral de lo que está bien y lo que está mal, en base al conocimiento de sí mismo y de su capacidad para actuar sobre su entorno.
Creencias:
Son esos pensamientos e ideas que de tanto repetirlos y escucharlos se han instalado en nuestra mente, y que a través de las neuronas espejo les copiamos a nuestros padres y al entorno donde crecemos y las introducimos en nuestra mente, pero esas creencias son heredadas, copiadas, no son nuestras. Son el reflejo del entorno familiar y social de donde hemos nacido.
Los pensamientos son esa cualidad que tenemos los seres humanos expresada en nuestra capacidad de formar ideas en nuestra mente que se relacionan una con otra. Y las emociones son la forma como yo me represento a ello. Es la alteración del ánimo frente a los eventos, sean agradable o no. Las emociones cumplen un papel muy importante en las decisiones y en la conducta ya que son el motor que nos ayuda a seleccionar como voy a seleccionar las herramientas para resolver una determinada situación.
Algunas de nuestras creencias adquiridas a lo largo de la vida pueden ser limitantes, negativas y nos condicionan. Si permanentemente vivimos angustiados, ansiosos, llenos de temores, mis pensamientos estarán definitivamente mal calificados en mi mente: “no lo voy lograr”, “Yo no soy capaz de hacer eso” “El dinero no me alcanza “o bien, estoy convencido (a) que, para poder ser feliz, necesariamente tengo que tener una pareja a mi lado. De esta manera y sin darnos cuenta, estamos afirmando con esos pensamientos negativos, nuestras creencias una y otra vez día a día.Es decir que consideramos que algunos pensamientos son ciertos cuando realmente no lo son. En pocas palabras, nos ponemos obstáculos y nos llenamos de disculpas para evitar realizar algo que deseamos hacer, y nos dejamos llevar por las influencias culturales externas impuestas, dándoles poder y relevancia a eso que nos exigen afuera. Esto es lo que se llama pensar o proyectar desde la carencia.
La carencia solo trae más carencia Las creencias se encuentran almacenadas en nuestro subconsciente. Toda la información, recuerdos, experiencias traumáticas o vivencias están allí alejadas de la mente consciente y nos afectan ante las diferentes situaciones de la vida. El subconsciente es quien toma el control cuando dejamos de estar conscientes en algún tema, y no distingue entre lo real y lo imaginario. Llegar a ese rincón no es fácil, es un trabajo que exige mucha disciplina y conciencia. Mediante el uso permanente de las afirmaciones, podemos transformar poco a poco nuestro subconsciente de forma tal, que en algún momento las afirmaciones que estoy introduciendo van a sustituir los pensamientos y las creencias negativas que deseamos modificar.
Si de verdad queremos cambiar nuestra vida, nuestra realidad, es importante empezar por la transformación de nuestras creencias porque ellas proyectan nuestra realidad.
Cada uno de nosotros ve la realidad de forma diferente, y bajo diferentes perspectivas. Dentro de un mismo grupo de amigos que comparten formación, gustos, amistad de años, seguramente existirá uno o varios que son muy exitosos, muy seguros de sí mismos, alegres, y otros que tienen problemas de comportamiento, económicos etc. Y eso se debe en gran parte a las creencias. Los primeros están orientados al logro, al éxito, si se equivocan lo asumen como un aprendizaje, porque así si lo han decidido, lo han pensado e imaginado. Los otros se refugian en la situación del entorno, del gobierno, del impedimento y cada uno coloca emociones diferentes a sus situaciones y manifiesta realidades diferentes.
Pensemos en cómo nos expresamos: Yo soy…incapaz, soy un fracaso, soy horrible. Ese “Yo Soy” reafirma nuestro ser. Cada vez que nos decimos esas palabras, estamos reafirmando, y estamos creándonos una realidad negativa y pesimista. Si queremos cambiar esa realidad debemos cambiar el dialogo interno, las verbalizaciones, las creencias, porque reiterativamente atraemos eso que pensamos, porque los pensamientos son energía. Los pensamientos forman ondas energéticas que atraviesan el universo: curación abundancia felicidad, o sufrimiento, tristeza, carencia.
Hay muchas creencias con una base de carencia y escasez. Ignoramos lo que tenemos, y con frecuencia nos quejamos, envidiamos, culpamos, criticamos a los demás, y permanecemos viviendo en una cultura de carencia. Si cambiamos esos comportamientos, vamos a cambiar a la cultura de la prosperidad que es una cultura de paz, abundancia, armonía, felicidad, y equilibro. Iniciar este proceso de cambio, implica adquirir consciencia de todo lo que tenemos y por lo tanto implica agradecer. El agradecimiento es un factor clave porque es LA VIBRACION DE LA PROSPERIDAD. Ese manejo adecuado y positivo de todos esos recursos que nos ha dado la vida, pocos o muchos, hace que le demos un mayor sentido a la vida.
Somos energía y la energía se puede transformar, por lo tanto, yo puedo transformarme, puedo modificar mis pensamientos empleando eficientemente una herramienta muy poderosa que conocemos como “Intención”
Cada uno de nosotros es responsable de nuestro propio cambio. Tenemos que atraerlo y tomar el control de nuestra propia vida, de la creencia que si es posible. Debemos alinear nuestra atención con nuestra intención, porque la energía fluye hacia donde ponemos nuestra intención. La pregunta entonces es: ¿Dónde estoy poniendo mi atención? Ahí es donde debemos concentrarnos.Debemos poner Atención a nuestros pensamientos porque ellos se hacen palabras y las palabras se vuelven aptitudes y esta se vuelven conductas y estas se vuelven carácter y el carácter se vuelve nuestra biología. Entonces, si las creencias se hacen nuestros pensamientos, entonces mis creencias se vuelven mi biología y por lo tanto somos lo que creemos.
TUS CREENCIAS CREAN TU REALIDAD
La realidad que percibimos es diferente para cada uno de nosotros, razón por lo cual se hace tan difícil e injusto juzgar, porque al juzgar lo hacemos bajo nuestras propias creencias. Esa realidad percibida se crea de dos maneras:.
- Lo que yo mismo he creado. Lo que yo he introducido como creencia o he permitido que me introduzcan.
- Las energías que ya tengo conmigo mismo que son de baja frecuencia y que me bloquean.
Esos bloqueos se almacenan en el cuerpo cuando no realizamos un manejo adecuado de nuestras creencias y permitimos que nos introduzcan traumas y pensamientos equivocados en nuestro subconsciente. Esos bloqueos nos van cubriendo y oscureciendo y nos llenamos de energía de baja vibración.
Somos responsables de nuestra propia creación, y si queremos trasformar esas creencias y eliminar esos personajes dañinos que nos habitan, debemos realizar un trabajo disciplinado, tomar el control y vigilar que pensamientos introducimos a nuestro cerebro, actuar con consciencia y enfocarnos en esa persona que queremos ser, utilizando las capacidades dadas por la naturaleza para elevar nuestra vibración y así generar esa realidad que quiero creer con esas creencias.
Lecturas recomendadas:
La Biología de la creencia. Bruce Lipton.
La curación espontánea de las creencias. Greg Braden.
Película:
Creer es crear. You Tube.