vulnerabilidad emocional con un propósito
¿Qué es Vulnerabilidad?
La vulnerabilidad es un término que puede ser aplicado tanto a una persona como a un grupo de personas en diversas situaciones. La vulnerabilidad es la capacidad de ser vulnerado, herido, lastimado bien sea física o moralmente lo cual genera una reacción para prevenir, atender o sobreponerse a la situación.
Sentirse vulnerable hace referencia a un estado psicológico en el cual somos conscientes que estamos viviendo un momento difícil, que nos produce una herida emocional o malestar psicológico que nos incomoda tanto que nos lleva a pensar que no podemos superar y que no queremos que las demás personas perciban que estamos viviendo porque tenemos la creencia que seremos criticados y rechazados y porque relacionamos la vulnerabilidad con debilidad, susceptibilidad, delicadeza e incluso pudor porque en nuestra cultura siempre nos han inculcado que debemos mostrarnos fuertes y valientes ante las situaciones adversas, ocultando así nuestras verdadera emociones. Es aquí, cuando se presentan una variedad de sentimientos y emociones como enojo, rabia, miedo, tristeza, frustración e inseguridad además de llenarnos de pensamientos negativos que lo único que hacen es impedir enfrentar adecuadamente la situación que nos llevó a hacernos sentir vulnerables.
¿Cómo identificar un proceso de vulnerabilidad?
Los procesos de vulnerabilidad se distinguen por que empiezan a emerger ante situaciones complejas como la muerte de un ser querido, la pérdida de un trabajo, la ruptura con la pareja y muy recientemente la pandemia.
Sentimos nuestra vida en pausa, y empezamos entonces a cuestionarnos, a adentrarnos en dimensiones muy profundas de nuestra existencia, a revivir momentos dolorosos, eventos sin resolver, conversaciones sin terminar, desequilibrándonos, sacudiéndonos en lo más profundo de nuestro ser.
A nivel psicológico podemos asumir una actitud callada, no queremos hablar, ni que nos hablen, ni compartir con otras personas. Podemos sentirnos malhumorados, impacientes, empezamos a acosar a otras personas para que actúen al ritmo nuestro, exigimos que hagan las cosas como nosotros queremos y en los tiempos que queremos. Nos agitamos, y nos sentimos víctimas de las circunstancias y empezamos a cuestionarnos: porque a mí? ¿O, si hubiera hecho tal cosa hubiera podido evitarlo?
Para otros la vulnerabilidad puede también afectar nuestra espiritualidad según la creencia que cada uno tenga. Nos refugiamos en nuestro ser superior, acudimos con más frecuencia a la iglesia, oramos con mayor intensidad, o bien buscamos ayuda en otras divinidades o en el Tarot. Las posturas de las personas ante la vulnerabilidad son siempre diferentes.
Desde lo biológico puede haber alteración del sueño: Se nos hace difícil conciliar el sueño o bien dormimos muchas horas. También puede producirse inapetencia, o simplemente nos alimentamos inadecuadamente.
En el caso particular de las personas que se dedican al cuidado de otros, los horarios para dormir y para comer suelen verse seriamente alterados por la altísima carga de trabajo, por lo cual los cuidadores deben preocuparse por solicitar ayuda para poder atender sus necesidades mínimas y no entrar en el síndrome del cuidador.
Todas estas diferentes manifestaciones o expresiones de vulnerabilidad nos llevan a sentir que entramos en una crisis personal ante la cual podemos tener dos opciones:
- Mantenernos en ese estado de oscuridad y zozobra y dejarnos llevar por la situación.
- Convertir esa situación en una oportunidad y salir fortalecidos de ella, al enfrentarla con decisión y fuerza sin victimizarnos.
Como convertir los momentos de Vulnerabilidad en un propósito.
Cuando vivimos una situación de vulnerabilidad debemos ser conscientes que no podemos tener el poder absoluto de controlar y resolver todo. Podemos convertir esa situación que nos atormenta y duele en una oportunidad para aprender a reconocer el poder y la fuerza que tenemos para asumir los retos. El reconocimiento implica no solo ser conscientes que estamos atravesando un momento que nos genera malestar, incomodidad y dolor sino la existencia de sensaciones, emociones y creencias alrededor de experiencias dolorosas y traumáticas que han ido construyendo nuestra dimensión humana ante el Dolor.
Los estados de vulnerabilidad facilitan la colaboración pues no llevan a comprender la necesidad que tenemos de los demás, de ser aceptados y comprendidos por otro.
Las experiencias adquiridas en situaciones de vulnerabilidad nos llevan a estar más atentos a las decisiones que tomamos y a la forma como actuamos. Ternemos la capacidad de elegir hasta donde permitir que una herida siga creciendo y afectando nuestra vida o transformar esa experiencia en una oportunidad de crecimiento.
Cuando aceptamos nuestra vulnerabilidad, nuestra fragilidad y nuestras imperfecciones, podemos amar a los demás sin prevenciones, sin ponernos en un nivel superior o inferior sin juzgamientos lo que nos lleva a sentirnos más vivos, más valientes y genuinos.
La verdadera fortaleza del ser humano es ser capaz de mostrar su vulnerabilidad.
- 17/05/2023