Comunicar, sanar relaciones y dejar ir

Sentimos mucha incertidumbre sobre la forma como debemos actuar frente a nuestros seres queridos cuando están viviendo una enfermedad terminal o degenerativa.  Ansiedad, angustia, miedo, son tan solo algunas de las emociones que vivimos cuando somos testigos de su inevitable partida. En muchos casos y a pesar de las circunstancias de la enfermedad, no queremos que esa persona nos deje; es decir, negamos la realidad, queremos evitar que la muerte ocurra, porque nos duele su partida y no queremos afrontar su ausencia. De otra parte, tampoco queremos verlos sufrir sometidos a una larga agonía.

De ahí la importancia de prepararnos para ese momento y de saber brindar los cuidados médicos, el acompañamiento y una permanente comunicación plena de compasión y amor que es algo que todos los seres humanos deben recibir al final de sus vidas.

Información médica:

Cuando ese familiar o ser querido se encuentra en casa, nos vemos sometidos a una presión interna que es mucho más fuerte en la persona responsable de su cuidado, sea el conyugue, un hijo, o nieto etc.  Esto ocurre porque muchas veces no tenemos la información correcta y completa sobre su enfermedad, y es entonces cuando nos surgen las preguntas: ¿Cuanto tiempo va a vivir? ¿Cómo va a ser su final? ¿Cómo atenderlo? ¿Cómo apoyarlo en la parte física, emocional y espiritual? ¿Cómo ayudarlo a morir con tranquilidad?

Para aliviar toda esta tensión, lo más importante es buscar información sobre la enfermedad, y acudir siempre al personal médico para despejar dudas y recibir orientación. Si bien ellos tampoco podrán asegurar el tiempo que le resta de vida, si pueden guiarnos bajo su experiencia y conocimiento y hacer las recomendaciones pertinentes según el caso, sobre la forma en que debemos atender nuestro ser querido. Ante todo, hay que entender, cuándo  una enfermedad es incurable, reconocer la realidad, enfrentarla y adaptarse a ella, tanto quien cuida, como el enfermo quien tiene derecho a conocer esa información.

                                  

Si estamos bien informados, podemos enfocarnos adecuadamente en el cuidado de nuestro ser querido, darle respuestas respecto a su estado para que no entre en ese camino de expectativas de curación cuando la realidad es que no hay posibilidades, y concentrarnos en darle la mayor calidad de vida posible mediante el apoyo de los cuidados paliativos cuando el médico así lo aconseje y que resultan una ayuda valiosísima tanto para el paciente como para los familiares.

Todos los pacientes terminales en Colombia, están amparados por la ley y tienen derecho a solicitar y recibir cuidados paliativos en el momento en que se requieran, los cuales tienen como principio, asistir, acompañar, apoyar y brindar calidad de vida al paciente a nivel físico, emocional y espiritual.

Encontrar el valor para comunicarnos.

                                       

Uno de los momentos más penosos de los enfermos terminales es no poder estar con sus seres queridos en el momento previo a su muerte, y sin embargo al afrontar la muerte sin preparación, no se comunican con esos seres queridos como les gustaría, por eso la importancia de poder establecer una conexión profunda, y darles tranquilidad y confianza para desahogarse.  Ser conscientes del sufrimiento que están viviendo y brindar grandes dosis de compasión, amor, respeto y sobre todo compresión, herramientas indispensables para sobre llevar esos últimos momentos y despedir a quienes ya cumplieron su misión en la tierra.   Es aquí donde el papel del cuidador y sus familiares debe centrarse en el acompañamiento de la persona.   La clave es ser natural, hablar con el corazón y establecer una comunicación sincera y libre.  Rodearlo de amor y cariño y siempre manejar mucha honestidad alrededor de su situación, pues esa persona necesita respuestas, claridad y apoyo para afrontar su etapa final, y por lo general sus últimos deseos son comunicarse y compartir con sus seres queridos, sanar algunas relaciones, y ponerse en paz consigo mismo y con los demás.

¿Cómo podemos facilitar esa comunicación?  Algunas breves recomendaciones que pueden ayudar a acercarnos más a nuestro ser querido en su etapa final son:

  • Ante todo, establecer una atmosfera cómoda y agradable para que la persona pueda expresarse más fácil y confiadamente lo que facilitará encontrar el momento para comunicarse.
  • Ponernos en su situación. Pensar desde el corazón que quisiera yo en el momento de mi partida, con quien quisiera estar, que relaciones debo sanar para irme en paz. Como aliviar el sufrimiento físico y emocional.
  • Ayudarle a expresar sus temores, emociones y pensamientos sobre la muerte y el morir. Darle a la persona la libertad absoluta para que se exprese sin restricciones, ni limites, para que diga todo lo que quiere comunicar, sus sentimientos íntimos y no interrumpir, criticar, juzgar o corregir. Dejarlo liberarse.
  • Ayudarle a desprenderse del pasado. Los seres humanos vivimos diversos cambios, buenos, regulares y malos durante las diferentes etapas de la vida.  Situaciones difíciles por las que pasamos, asuntos que sé quedan sin resolver, odios y rencores. Es importante preguntarle a nuestro paciente, cómo podemos ayudarle a solucionar esos conflictos internos para que pueda partir con tranquilidad ya sea escuchando, perdonando o pidiendo perdón, o comprometiéndonos a ser el mensajero de una información para un tercero. Son actos de compasión que ayudan a dar paz y tranquilidad.
  • Ayudarle a decidir cómo quiere su final. ¿Quiere dejar algunas disposiciones por escrito o ya las expresó mediante algún documento como el ya conocido “Voluntades anticipadas”? Este es un documento donde las personas expresan sus deseos e instrucciones sobre cómo proceder si llegan a sufrir una enfermedad terminal o de difícil recuperación, y manifiestan su negación de ir a morir a un hospital cuando ya no hay posibilidades de recuperación.
  • Si nuestro familiar o pariente no alcanza a manifestar su voluntad anticipada por escrito, es importante preguntarle que quiere, donde quiere que lo atiendan: ¿en la casa, en el hospital? ¿Con que personas?  ¿Desea reunir a su familia y expresarles sus últimos deseos? ¿Cómo quiere su ceremonia de despedida?  Es de considerar que siempre debemos respetar la religión o credo de las personas independientemente de que no sea de nuestro agrado. 
  • Darle tranquilidad. Las personas en su fase final suelen angustiarse por la situación de sus seres queridos, tanto por el dolor y la soledad que causará con su partida, hasta por la parte económica, entre otros. Hablarles con franqueza sobre la forma como se manejará su ausencia, y resolver sus inquietudes puede disminuir la ansiedad y ayudarle a irse en paz.
  • Agradecerle por haber estado en nuestra vida, el tiempo que nos dedicó, los momentos compartidos. Despedirse.

                           

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Soltar y dejar ir sin egoísmos, es un acto de valentía.

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